Johann Wolfgang von Goethe, el tremendo escritor alemán, mayormente conocido por su Fausto que escribió entre 1808 y 1832, se interesó por el estudio de las nubes allá por 1786 cuando escribió su Viaje a Italia, diario dedicado a Charlotte von Stein a quien el también dibujante y pintor amó con locura y le escribió más de 1700 cartas. Las nubes en esta obra son elementos recurrentes pues no sólo enmarcan las descripciones de las ciudades italianas, sino también eran indicativos de fortuna o desesperanza.
Luego su interés creció más cuando en 1815 el poeta leyó On the Modification of Clouds, del gran farmacéutico inglés Luke Howard, considerado un referente muy importante en los estudios de meteorología y el primer científico en categorizar las nubes. Inspirado en esta obra en 1821 Goethe contrató a los pintores Friedrich Preller y Wilhelm Wesselhöft y realizó un registr de las distintas categorías de las nubes, así en 1825 se publica Versuch einer Witterungslehre (El juego de las nubes). Dejo aquí los poemas que Goethe escribió en ese tiempo, luego de mirar con insistencia el firmamento.
Estrato
una niebla eleva su tapiz en raso,
la luna, con las olas del aire fundida
como un fantasma haciendo fantasmas brilla,
¡entonces todos nosotros somos con certeza
felices, alegres hijos tuyos, oh, naturaleza!
Entonces monte arriba suben explayándose,
franja junto a franja, ocultándose,
a media altura hacia ambos inclinándose,
ya cayendo como lluvia o cual aire elevándose.
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